Mis escritos, mis dibujos, mis fotografías; autores y textos que me gustan; algo de música y videos... aquí en mi página. (Si deseas acceder a la mayor biblioteca virtual existente en español, pincha en el enlace que aparece más abajo.)

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Lecturas y autores recomendables


Los libros que han marcado mi vida


NO HA POCO, un candidato a la presidencia de la República Mexicana, cuyo nombre no voy a mencionar aquí (aunque no sea más que por que en este blog no me gusta citar ni dar cabida a la gente bajuna) cometió una serie de dislates al ser interrogado ante las cámaras en una feria internacional del libro ocurrida en la ciudad de Guadalajara. «¿Cuáles son los tres libros que han marcado su vida?», fue la pregunta; y sobra decir que el candidato no supo responder. Las mofas y las burlas no se hicieron esperar. El hecho trascendió nuestras fronteras y en Francia se publicó una nota en primera plana. A decir verdad, yo ignoro si esto sorprendió a los galos; pero lo que es a mí, mal podría asombrarme: en México, la mayor parte de los mexicanos no son capaces de leer un libro ni por accidente, eso sí, son los mayores consumidores, a nivel mundial, de revistas y de publicaciones periódicas sin valor alguno. (Seguramente, el caso del candidato; muy probable lector de las revistas del corazón en donde, de cuando en cuando, sale su mujer; otrora, actriz de televisión...) México es un país sorprendentemente rico en cultura, pero ello —hay que decirlo— muy a pesar de los mexicanos... En mi país, vuelvo a insistir, la gente no lee y cuando lo hace, no lee cosa que valga la pena. Un candidato a la presidencia, pues, hablando en plata, ignorante, iletrado y estúpido no es ni podía ser cosa del otro jueves; en México es así.


... Como sea que después yo me hice, para mi copete, la misma pregunta; me la contesté en el acto y me dije inmediatamente: voy a compartir mi respuesta —con los visitantes de mi página—; y he aquí, la lista de los libros que han marcado mi vida...

Comienzo, antes que con un libro, con un autor: Oscar Wilde, quien fuera bautizado al nacer como:


Oscar Wilde
retratado por Napoleon Sarony

OSCAR FINGAL O'FLAHERTIE WILLS WILDE (apelativos todos que su madre, irlandesa de nacimiento, encontraba muy célticos)... Sin lugar a dudas, uno de mis autores predilectos y uno de los que más influencia han tenido en mi vida, o para ser más puntual, en mis posturas estéticas ante la literatura y ante el arte en general; y no sé, con franqueza, hasta donde he coincidido con él y hasta donde, verdaderamente, lo he seguido.

He de contar que comencé a leerlo durante mi infancia. Leí, por entonces, El príncipe feliz y otros cuentos, El fantasma de Canterville y Una casa de granadas... En los inicios de mi adolescencia, a los doce años, leí El retrato de Dorian Gray y me fascinó como lo anterior suyo (a pesar de que como novela deja bastante que desear). Casi al mismo tiempo, leí El crimen de lord Arthur Saville y otras historias y unos cuentos, presuntamente, apócrifos. Luego, bastante tiempo después, un par de obras teatrales suyas: SaloméLa importancia de llamarse Ernesto (a pesar de que no soy buen lector de teatro);  y sus  Frases... y sus Poemas en prosa... Para no cansar al lector, diré finalmente que di más tarde con sus Obras completas y que las leí casi todas, exceptuando sí, buena parte de su poesía; salvedad hecha del poema Ravenna (que no dejó huella en mi memoria) y de la Balada de la cárcel de Reading, sobre este libro volveré más adelante... Diré, además, que el nombre de este blog es un guiño al título de una de sus obras: un ensayo titulado Pluma, lápiz y veneno (también la etiqueta, que puede consultarse aquí mismo en el índice de esta página, con el nombre: Frases y filosofías)...

Una casa de granadas, de Oscar Wilde
¿Fue Oscar Wilde un gran escritor? No; ciertamente, no lo fue. Gide, el gran prosista francés, aseveró —y no andaba errado—  que había un exceso de literatura en su obra... Gran escritor no, definitivamente; pero siempre disfrutable y un esteta sin comparación. Artista en sus actitudes (como cumple a todo dandy que se precie de serlo), más que en su literatura, fue superior como crítico que como escritor (aunque, como apuntara él mismo, la crítica constituye en sí un arte)... Suya fuera, en su momento, esta declaración (que da fe de lo precedente): «He puesto todo mi genio en mi vida, en mis obras solo he puesto mi talento.»

De él, Borges (a quien detesto) declarara: «más allá de su pecado, lo asombroso de Oscar Wilde es que siempre tenía razón, o parecía tenerla» (que para el caso es lo mismo, digo yo).

... ¿Su pecado?... bueno, es de sobra conocido: era homosexual. Ello lo llevó a pagar con sus huesos en la cárcel: acusado de haber seducido al tercer hijo del noveno marqués de Queensberry, hombre de malas pulgas y de pocos amigos que fijara las reglas del boxeo moderno. Allí, compuso la tristísima Balada de la cárcel de Reading, dedicada a un reo condenado a muerte por asesinato.

De dicho poema, son célebres estos versos: [...] cada hombre mata lo que ama. / [...] el cobarde hiere con un beso, / el valiente mata con una espada.

Ingenioso y ágil, maestro de las paradojas, certero en sus juicios en todo momento, sus ideas filosóficas, muy profundas, acerca del arte y la belleza, no han tenido el eco que debieran, más que nada, por el tono desenfadado y frívolo —aparentemente— en que las dijo.

De él, dejo esta frase que da buena cuenta de su peculiar genio:

 

«No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo.»


Y cierro con esta otra:


«Hay que dirigirnos al arte antes que a la vida; el arte nunca nos hiere.»


Descanse en paz, Oscar Wilde.



Ahora, tengo que hablar de tres autores (en realidad cuatro, como los tres mosqueteros que no son tres sino cuatro: Athos, Porthos, Aramis y D'Artagnan), autores leídos en mi infancia y a lo largo de toda mi vida y sin los cuales no podría explicar lo que soy (cuentacuentos, vaya): CHARLES PERRAULT, los hermanos Grimm y el genial Hans Christian Andersen...


Barba Azul, un cuento de Charles Perrault

Empezaré hablando del señor Perrault, autor de ese maravilloso cuento infantil acerca de un hombre que asesinaba a sus esposas: Barba Azul. Que hoy día, merced a las intromisiones de los sicólogos tarados, ha dejado de ser tan popular como lo fuera por espacio de más de dos siglos. Hoy, ya no se escriben cuentos tan hermosos como éste; los actuales están llenos de corrección política, de buenas intenciones y de «sana moral» (muy del gusto de los sicólogos ya aludidos y de los padres ignorantes); pero desprovistos, por completo, de lo esencial; esto es: de arte.

Perrault plasmó, asimismo, la primera versión escrita de la Caperucita roja (un cuento inquietante donde los haya); en esta versión, el malvado lobo se come a la ingenua Caperucita y se termina el cuento. Perrault lo concluye con unos versos chatos, que a la letra dicen lo siguiente (los anoto de manera parcial):


Aquí vemos que en la adolescencia,
en especial las jovencitas,
bien hechas, amables y bonitas
no deben a cualquiera oír con complacencia,
y no resulta causa de extrañeza
ver que muchas del lobo son la presa.


De donde una persona sagaz, puede inferir que el lobo es solo una figura simbólica... Un dato curioso y espeluznante que confío hará saltar las cejas de mis lectores, es que en las primitivas versiones orales, muchas de las cuales ya circulaban ampliamente en el Medievo, el lobo feroz violaba a la niña y sólo después la devoraba. Aterrador ¿no?... Perrault conocía bien esas primeras versiones.

Otro cuento que escribiera este filósofo y miembro de la Academia Francesa (cuyas obras filosóficas y eruditas hoy están, felizmente, olvidadas) fue El gato con botas; en donde asignó a uno de sus personajes uno de los nombres más afortunados de la literatura: hablo del marqués de Carabás (que me recuerda, un tanto, los fantásticos nombres que pueden encontrarse en el Quijote: pienso, por ejemplo, en el gigante Caraculiambro, o en Pentapolín del arremangado brazo, rey de los Garamantas: que vaya uno a saber qué quiso decir Cervantes..., o en la princesa: Placerdemivida... Cervantes fue un grande, a no dudarlo).

...  Así, hasta dejar un total de ocho cuentos: Piel de asno (historia de un rey enamorado de su hija) y otros igual de interesantes.



Y vayamos ya, con los HERMANOS GRIMM. Cuyos cuentos han sido mutilados y deformados por Walt Disney...

... Blancanieves (en alemán: Schneewittchen, cuya traducción correcta en castellano sería: Copo de nieve).


Blancanieves

Una reina llena de envidia, a quien espanta que su hijastra pueda seducir a su marido. Un connato de abuso a una niña, un acto de pretendido canibalismo, varios intentos de asesinato y una muerte en medio de un atroz suplicio es lo que puede encontrarse en este relato... El cuento más entrañable de mis años infantiles (y una obra maestra, un cuento perfecto; muy alejado de la visión rosa y poco inteligente del norteamericano).

... Doscientos cuentos: entre ellos clásicos como el de Blancanieves ya citado, La Bella durmiente, La Cenicienta, una nueva versión de la Caperucita roja y otros como el estupendo Piel de oso (acerca de un soldado que pacta con el diablo y se ve sometido a una dura prueba).

La magia, la fantasía, la elegancia literaria y en no pocas ocasiones, la crueldad más macabra se hallan presentes en estos relatos (que en las modernas ediciones se hallan 'debidamente' expurgados).


  
Hans Christian Andersen
Y... llegamos a ANDERSEN (que es a los daneses lo que Shakespeare a los ingleses)... Quien escribiera un total de poco más de 160 cuentos, aparte de obras poéticas, novelísticas y teatrales. Tolstói —el gran ruso— alabara su estilo.

La sirenita, El valiente soldadito de plomo y El patito feo, son algunos de sus cuentos inmortales.

Las insípidas y mediocres adaptaciones de estos encantadores relatos difícilmente pueden dar idea de la belleza y grandiosidad de su obra; me conviene anotar aquí, que en su patria está considerado como el más grande poeta nacional y junto con el filósofo —precursor del existencialismo— Søren Kierkegaard, está considerado como una de las dos mayores figuras de la literatura danesa.

... Por cierto, no está de más anotar también, que tuvo amistad con el filósofo. Amistad que luego naufragaría; debido a que a éste último no le hacía mucha gracia que los libros de Andersen se vendieran mucho más que los suyos. Kierkegaard, por otra parte, incursionaría en las letras ocupándose de la obra de este artista... A su entierro, años más tarde, acudiría la familia real encabezando el cortejo; uno de sus miembros cargaría el féretro; patente testimonio del respeto que se tenía a quien ya era considerado una gloria.

... Alabado por Dickens y León Tolstói, amigo cercano del escultor Thorvaldsen (el más grande escultor danés hasta el día de hoy), conocedor de muchas de las personalidades artísticas y literarias de su época: Franz Liszt, Víctor Hugo, Eugene Delacroix, Federico Chopin (etc.), huésped de honor de reyes y emperadores, admirado por Wilde (quien tomara de sus cuentos asuntos para los suyos, hecho que los seguidores de Wilde ignoran), prolífico escritor de canciones para la Ópera, hoy pide ser releído en versiones decentes y no cambiadas o simplificadas para los más tontos...



Sea, ocupémonos, en este instante, de otro escritor: Pushkin, ALEKSANDR SERGÉYEVICH PUSHKIN: el Padre de la Literatura Rusa.


Aleksandr Pushkin
Muerto en un duelo a los 37 años de edad, era descendiente por la rama materna de un esclavo abisinio: Abraham Hannibal, a quien el zar Pedro el Grande concediera riquezas y honores. Descendiente, a su vez, por la línea paterna de la más rancia aristocracia rusa (boyardos con seis siglos de señorío), aprendió su lengua de su ayo. Y es que, en la Rusia decimonónica, la nobleza no hablaba ruso, hablaba francés. La lengua rusa se consideraba exclusiva de las clases bajas. Hasta antes de la aparición de Pushkin, no existió, pues en su patria, una literatura nacional propiamente dicha. Él va a ser el primero en escribir, con intenciones artísticas, en ese idioma; revolucionando, de paso, todos los géneros por entonces establecidos: la poesía, la novela, el relato, el teatro y el ensayo histórico. Es, sin titubeos, el clásico ruso por excelencia.

Reverenciado por Dostoyevski y considerado como el más grande poeta nacional de su país, Pushkin supuso, para mí, la puerta de entrada al fascinante mundo de la literatura rusa.

Adscrito formalmente al clasicismo pero temáticamente al romanticismo, su prosa es límpida, clara, amena y de gran sencillez. Sus cuentos y novelas de capa y espada constituyeron una de las revelaciones más gratas de  mi adolescencia. Y su vida, quiero consignarlo, breve, apasionada y trágica daría abundante material para muchos otros cuentos y novelas, si alguien quisiera escribirlos. Genio precoz de la poesía y las letras, galán exótico (con una tumultuosa vida sexual a sus espaldas), cortesano exquisito, agitador social, desterrado político, es un autor a quien se lee con gusto y asombro, y un autor imprescindible para quien desee iniciarse en el conocimiento de la literatura rusa.

Dos obras suyas, altamente recomendables, son: La revuelta de Pugachov y La hija del capitán, ambas tienen como trasfondo, un episodio crítico del pasado ruso: la rebelión de Pugachov, que iniciada en el siglo XVIII como un levantamiento de los cosacos, llegó a convertirse en una auténtica guerra campesina.

Sin Pushkin, hay que dejarlo muy en claro, no habrían podido surgir figuras venerables como Tolstói o titanes sobrehumanos como Dostoyevski; y es de Dostoyevski de quien voy a hablar ahora...


Fiódor Dostoyevski, por Vasily Perov

FIÓDOR MIJAILOVICH DOSTOYEVSKI... Dicen que nadie puede volver a ser el mismo tras leer Crimen y castigo (según consenso, una de sus obras cumbres; si bien él prefería Los hermanos Karamazov —que yo hallo soporífera). Y bueno... es posible: a mí me impresionó fuertemente; pero confieso haber gustado más de La casa de los muertos (o Memorias de la casa muerta, como puede leerse en otras ediciones): un recuerdo de su estancia en el presidio; a donde fue deportado por  motivos políticos, al igual que Pushkin, su maestro. Él también fue un  desterrado, y en la lejana y fría Siberia...

Tres obras de mi predilección, anteriores a Recuerdos de la casa de los muertos, son: Noches blancas, Nétochka Nezvánova y Humillados y ofendidos.

Noches blancas es una corta novelita sentimental en donde no es difícil reconocer, en el personaje principal, a Dostoyevski.

Nétochka Nezvánova —una novela inacabada— narra la infancia miserable de Nétochka que es abandonada a su suerte por su padrastro músico tras la muerte de su madre y como ésta es recogida por un príncipe anciano que tiene una hija de la edad de Nétochka... Nétochka y la princesita se enamoran de manera apasionada y violenta... Son muchas, por cierto, las opiniones y comentarios que ha despertado en algunos estudiosos el marcado interés de Dostoyevski por el erotismo infantil, tema recurrente en muchas de sus obras.

Humillados y ofendidos es la historia de un joven escritor en los inicios de su carrera —trasunto, una vez más, del propio Dostoyevski—, que se ve envuelto en una serie de relaciones trágicas: el protagonista va a estar enamorado de una joven —que a efectos prácticos es como su hermanastra—, pero con el inconveniente de que ésta, a su vez, va a estar enamorada de un aristócrata: un príncipe (algo manipulable e infantil y completamente dependiente de la voluntad y de las decisiones paternas); el escritor, por su parte, va a lograr despertar el amor de una huérfana: una niña de trece años a la que ha recogido en la calle y  a la que ha convertido en su protegida (que posteriormente va a resultar ser hija bastarda del padre del príncipe). Al final, la niña que está gravemente enferma muere y ninguno de los personajes consigue lo que tanto ansiaba: el príncipe abandona a la muchacha incitado por su padre y contrae matrimonio con una joven heredera; el escritor ve sus deseos hacia la muchacha frustrados y cuando descubre el amor que alimenta la niña en su pecho hacia él ésta fallece.

Y en cuanto a La casa de los muertos, que es con la que por el momento termino, pretende ser la obra de un noble condenado a prisión y destierro por asesinato; ahí, Dostoyevski plasma sus impresiones de la vida carcelaria, doblemente penosa para quien como él se trata de un hidalgo que es visto con recelo por los demás presos. Densa, fascinante y tremenda (si se tiene en cuenta que, aparte de hacer literatura, Dostoyevski nos está narrando su propia vida) esta novela es una de mis favoritas y una de las más grandes de la literatura universal...

Continuará...


lunes, 28 de noviembre de 2011

Flor nueva de romances viejos...


Romance del enamorado y la muerte*
*(Lee el poema y escucha el audio)



UN sueño soñaba anoche, soñito del alma mía,
soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora muy blanca, muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante: soy la Muerte, Dios me envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día!
—Un día no puede ser, una hora tienes de vida.

Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía;
ya se va para la calle, en donde su amor vivía.

—¡Ábreme la puerta, Blanca, ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir, si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue a palacio, mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida;
la Muerte me anda buscando, junto a ti, vida sería.
—Vete bajo mi ventana donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda para que subas arriba,
y si el hilo no alcanzare, mis trenzas añadiría.

Se rompió el cordón de seda; la muerte que ahí venía:
—Vamos, el enamorado, que la hora ya es cumplida.




NUEVAMENTE, recurro al Romancero español de donde extraigo este poema. La interpretación musicalizada y cantada del mismo corre a cargo del artista chileno, ya fallecido, Víctor Jara (en mi opinión: el mejor intérprete de este tema). He escuchado, también, la versión del trovador mexicano Oscar Chávez y la del folclorista español Joaquín Díaz (y otras)... Éste último, por cierto (Joaquín Díaz), magnífico intérprete de muchos de los poemas del Romancero y gran conocedor del mismo; pero, sin duda, en esta versión, es el cantautor chileno el que se lleva la palma.

(Nota bene: he estado algo ocupado por motivos de trabajo y no he podido subir publicaciones personales, más tarde arreglaré eso. Quede este romance...)



  
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 Si te gustó esta publicación busca las correspondientes al 28 de octubre de 2011 y la del 21 de octubre de 2010.


lunes, 14 de noviembre de 2011

La pluma: publicación temporal*


Frases...


LO QUE LA VIDA ME HA ENSEÑADO

Hay que apelar a los sentimientos antes que a la inteligencia: la mayor parte de la gente posee un intelecto muy limitado, el resto prefiere no utilizarlo.

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*Con mi Lap descompuesta, he subido esta publicación desde un café, luego toca sustituirla.
Publicaciones relacionadas: 28 de julio de 2011, 21 de julio de 2010 y 7 de diciembre de 2010.


viernes, 28 de octubre de 2011

Amor eterno más allá de la muerte...


Romance del Conde Olinos*
*(Escucha el audio y lee el poema.)


DEL bellísimo Romancero español, recopilado por Menéndez Pidal, extraigo éste que es uno de los más populares; el título que se sobrepone a la imagen da buena cuenta de su temática... La magnífica interpretación cantada del mismo corre a cargo de José Negrete, la versión fue recuperada por el folclorista Joaquín Díaz... Nada que pueda yo decir le agrega gracia y encanto a este poema compuesto para ser cantado que nos trae a la memoria el recuerdo y el arte de los antiguos juglares. Que lo disfruten.




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MADRUGABA el Conde Olinos,
mañanita de San Juan,
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.

Mientras el caballo bebe,
canta un hermoso cantar;
las aves que iban volando
se paraban a escuchar:

«Bebe, mi caballo, bebe,
Dios te me libre del mal,
de la furia de los vientos
y de las olas del mar.»

La reina lo estaba oyendo
desde su palacio real:
—Mira, hija, como canta
la sirenita del mar.

—No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar,
que es la voz del Conde Olinos
que por mí penando está.

—Si es la voz del Conde Olinos,
yo lo mandaré matar
que para casar contigo
le falta la sangre real.

—No lo mande matar, madre,
no lo mande usted matar,
que si mata al Conde Olinos,
a mí la muerte me da.

Guardias mandaba la reina
al Conde Olinos matar,
él murió a la media noche,
ella a los gallos cantar.

A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar;
a él, como hijo de condes,
cuatro pasos más atrás.

De ella nació un rosal blanco;
de él nació un espino albar:
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.

La reina, llena de envidia,
a ambos los mandó arrancar:
el zagal que los cortaba
no dejaba de llorar.

De ella naciera una garza,
de él, un fuerte gavilán:
juntos se van por el cielo,
juntos se van a posar.

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Si te gustó esta publicación, busca la correspondiente al 21 de octubre de 2010.


viernes, 14 de octubre de 2011

La pluma: Cuentos breves


La casa


«LA abuela está loca y no lo deja hacer nada…, y en la casa espantan... La casa es una mansión con muchos cuartos...» Así se expresaban mis amigos del ambiente en donde yo vivía. Ya ha pasado mucho tiempo desde entonces; desde que salí, no he vuelto a ese lugar. Mi abuela aún no ha muerto...

Más… ¿qué cómo fue que llegué a tal sitio?..., eso poco importa en este momento, bastará con que diga que ahí transcurrió el término de mi adolescencia y que el recuerdo de dicha época perdura todavía.

Lo que voy a narrar ahora, no es la crónica de mi vida en aquel periodo; es la simple mención de dos sucesos que podrían considerarse sobrenaturales y que me acontecieron en una de las habitaciones de la vieja casona.

Bien..., comienzo...

***

Era el mes de diciembre, y hacía frío. Yo dormía en la habitación rosa: estaba acostado en la cama, bajo las mantas.  Debían ser entre las cinco y las seis de la mañana… De pronto, desperté porque alguien había abierto la puerta y entrado en la alcoba; abrí los ojos y vi a un hombre —o tal vez debería decir— a un espectro: no pude efectuar ningún movimiento, tampoco me fue posible gritar. El espectro avanzó en la estancia; representaba a un hombre pequeño, casi del tamaño de un niño crecido, pero no tenía en modo alguno la apariencia de un enano, menos aún de un duende.

... Extremadamente delgado, su figura era borrosa y semitransparente (como hecha de vapor o niebla). Tenía el cabello lacio, despeinado y largo hasta la nuca. Sus facciones eran afiladas y (como pude contemplar segundos después) tenía grandes huecos en el rostro; mostraba una expresión de crueldad… Vestía chaleco y pantalones: puesto que su figura se tornaba más tenue de arriba a abajo, casi no le veía las piernas (sobre todo, a partir de  la mitad de los muslos), no obstante, sé que sí tenía piernas. Y pese a ello, no caminaba: parecía como si flotara. Representaba a un hombre rubio (aún cuando toda su figura era blanca y sin matices de color); quizá, lo había sido...

… Atravesó la recámara y llegó hasta la cabecera de mi lecho, se situó entre mi cama y un armario lateral; por los agujeros que tenía en la cara, podía ver con mayor claridad las tallas del armario: un viejo armario adornado con falsos blasones... 

... Dio en hablarme y me apuntó con un dedo; hablaba con voz sorda, aspera e irónica, en una lengua que yo nunca había escuchado antes: sonaba amenazante, mas no podía comprender lo que me decía. Incapaz de soportar mirarlo, tuve que cerrar mis ojos. Entonces, él tomó la esquina de mi colcha y la alzó en el aire (lo bastante como para, al dejarla caer, hacerme sentir una corriente fría en la mejilla); y tras eso, en ese instante, con los ojos cerrados, supe enseguida que al fin se había marchado; abrí los ojos nuevamente y pude, ahora sí, recuperar el control de mi cuerpo (para incorporarme a medias en la cama) y , posteriormente, correr a encender la luz y asomarme vagamente al pasillo: no me atreví a salir del cuarto. Luego, me senté en la cama a esperar el amanecer.

***

 ... Aquel extraño personaje no volvería aparecérseme, pero días más tarde hube de  recibir la visita de una mujer (... o lo que pudo haber sido una, si es que efectivamente alguna vez una y otra aparición fueron criaturas humanas).

 Ocurrió de esta manera:

Al llegar el cuarto día tras lo ya relatado en un principio y habiendo conseguido dormir un  tiempo fuera, hospedado, precautoria y temporalmente, en algunos hogares de amigos, hube de volver a la casa.

Y en la noche del día de mi vuelta, me encerré con seguro en la recámara y me acosté dejando la luz encendida. Tardé mucho en conciliar el sueño; lo hice mirando continuamente el reloj. Por alguna razón, un tanto difícil de explicar, temía que si me dormía tornarían a espantarme (esperaba, sin desearla, la visita del espectro).

Recuerdo que conseguí permanecer en vela hasta las tres de la madrugada; y, finalmente, que cuando desperté, al igual que la vez anterior, entre las cinco y las seis de la mañana, lo hice porque alguien se había tendido a mi espalda y reposaba en mi lecho. He de recalcar que la luz continuaba encendida y la habitación permanecía cerrada...

... Aquello que fuera que estaba a mi espalda, supo al punto que había despertado e, inmediatamente, se acercó a mi cabeza para susurrarme al oído. Era, esta vez, una voz femenina; igual o más horrible, si cabe, que la anterior; yo sentía, además, inundárseme la nuca con su aliento gélido. El frío me calaba hasta bajo las cobijas; temblaba. Su voz también sonaba amenazadora, y su presencia incorpórea era tan leve y pesada, a un tiempo, como siniestra... A ella no podía verla; y de hecho, no la vería: solo pude sentirla y escucharla...

No me murmuró mucho rato al oído, a decir verdad, pero esos breves segundos —estoy seguro de que fueron muy breves— hubieron de parecerme interminables; repentinamente, cesó de hablar; sentíla que se levantaba de la cama y, apenas un poco más tarde, la sensación de su presencia que llenaba la alcoba se desvanecía por completo...

Yo pude incorporarme y comprobé que me encontraba solo.

No corrí a encender la luz —pues como dejé bien claro antes—, ésta se había mantenido encendida durante toda la noche y lo largo de la madrugada; muy poco después —he de acotar—, la luz del sol entraba por las ventanas e iluminaba la estancia...

***

Ahora: ¿qué fue lo que creí ver, sentir y escuchar?... No lo sé, nunca lo supe. Ya para concluir, quiero consignar que por espacio de tres años  (mismos que pasé en esa casa)  me sucedieron toda suerte de cosas extravagantes y raras;  las más de ellas poco o nada tenían que ver con lo sobrenatural: ya mencionaba la opinión que a mis amistades ofrecía mi abuela... Y como apuntaba, no he vuelto a ese lugar, pero imagino que debe de continuar idéntico a como estaba antes cuando yo vivía en él: con los candelabros y los marcos de las antiguas pinturas —que no he mencionado— cubriéndose de polvo, con las habitaciones solitarias y vacías con sus cortinas raídas y sus muebles pesados y vetustos... Y con la ya marchita figura de mi abuela, el rosario en la mano, con la razón cada vez más vacilante, deambulando por los corredores y pasillos de la casa y quién sabe... si con la presencia de algo o alguien más.

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Imagen reeditada y retocada por el autor de este blog. Tomada de la red.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

La pluma: Poemas breves


Tu recuerdo...


 Tu recuerdo
                                                                   tan pálido y tranquilo
            
 Amiga
                                      amada mía
por qué te olvido.

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Imagen tomada de la red, virada a blanco y negro.


miércoles, 14 de septiembre de 2011

La pluma: Poemas breves


No estoy triste


No estoy triste
(O lo estoy ¿acaso?):
Me consume la melancolía...
No intento olvidarte,
Y si lo intentase
¿En qué otra cosa podría yo pensar?...
Siempre es lo mismo, siempre:
Ayer, penaba estando a tu lado
Y hoy / peno por no estar contigo.
Siempre es lo mismo, siempre.

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Imagen: Caspar David Friedrich: Caminante sobre un mar de nubes.


domingo, 28 de agosto de 2011

Algo de música


Música china tradicional

CADA que me surge un contratiempo, temo desatender este sitio: esta ocasión se me ha descompuesto, una vez más, el cable de mi computadora. Y como sea que me resulta complicado mantenerlo actualizado en estas circunstancias, opto por lo más sencillo: alquilar una y pegar videos (me lleva poco tiempo). Y qué mejor que esta selección de música tradicional china; he decidido mostrar siete, siete videos que no tienen desperdicio... Y ¡vaya!, ¿qué por qué siete?, bueno, esto porque soy supersticioso y siete es un número mágico. El visitante avisado, notará —dicho sea de paso— que suelo publicar en los días que son múltiplos de ese número: hoy toca. Saludos cordiales a todos quienes me visitan.















(... Aquí me correspondía pegar el número 7, pero la inserción fue cancelada desde la cuenta de You Tube, no queriendo poner un número par, decidí saltarme hasta el 9.)




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Imagen: Las cuatro bellezas chinas de la antigüedad (tomada de la red).


domingo, 14 de agosto de 2011

La pluma: Poemas breves

Q difícil se hace mantener un blog, pero ¡vaya! aquí sigo... Confieso que mi estado de ánimo a veces ha flaqueado y tentado me he llegado a sentir de abandonarlo todo (mas no habré de hacerlo). Es complicado, muy complicado, tratar de dotar de sentido al sinsentido, yo lo he  intentado con este blog, he intentado curarme una pena muy honda; básicamente, para mí ha sido un ejercicio de disciplina (antes que de otra cosa); muchos de los textos que he mostrado en sus páginas no los escribí ex profeso, ya los tenía; restándome, tan solo, transcribirlos; transcribirlos y presentarlos de la mejor manera posible... como es el caso de los versos que pueden leerse a continuación...


A un amor joven


Aún hoy recuerdo el flequillo que caía sobre su frente,
Sus ojos: luminosos y brillantes,
Su sonrisa alegre...
Y a ella envuelta
En el esplendor y la inocencia
De sus pocos años.
La recuerdo
Sabiendo que su vida y la mía
No volverán a cruzarse.
Me pregunto:
Si volveré a querer 
Como la he querido.



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Imagen reeditada y retocada por el autor de este blog. Tomada de la red.


jueves, 28 de julio de 2011

La pluma: Poemas breves


Nocturno


Es de noche
                           estoy solo
                                                   y pienso en ti

No te veré más
                                y sin embargo
                                                               acostado solo aquí
                                                                                                        pienso en ti
                                      
                                                       solo en ti.


jueves, 14 de julio de 2011

La pluma: Grandes cuentos del s. xx


Una niña perversa

Jehanne Jean-Charles*


ESTA tarde empujé a Arturo a la fuente. Cayó en ella y se puso a hacer gluglú con la boca, pero también gritaba y fue oído. Papá y mamá llegaron corriendo. Mamá lloraba porque creía que Arturo se había ahogado. Pero no era así. Ha venido el doctor. Arturo está ahora muy bien. Ha pedido pastel de mermelada y mamá se lo ha dado. Sin embargo, eran las siete, casi la hora de acostarse, cuando pidió pastel, y a pesar de eso mamá se lo dio. Arturo estaba muy contento y orgulloso. Todo el mundo le hacía preguntas. Mamá le preguntó cómo había podido caerse, si se había resbalado, y Arturo ha dicho que sí, que se tropezó. Es gentil que haya dicho eso, pero yo sigo detestándolo y volveré a hacerlo en la primera ocasión.

Por lo demás, si no ha dicho que lo empujé yo, quizá sea sencillamente porque sabe muy bien que a mamá la horrorizan las delaciones. El otro día, cuando le apreté el cuello con la cuerda de saltar y se fue a quejar con mamá diciendo: «Elena me ha hecho esto», mamá le ha dado una terrible palmada y le ha dicho: «¡No vuelvas a hacer una cosa así!» Y cuando llegó papá, ella se lo ha contado, y papá también se puso furioso. Arturo se quedó sin postre. Por eso comprendió. Y esta vez, como no ha dicho nada, le han dado pastel de mermelada. Me gusta enormemente el pastel de mermelada: se lo he pedido a mamá yo también, tres veces, pero ella ha puesto cara de no oírme. ¿Sospechará que yo fui la que empujó a Arturo?

Antes, yo era buena con Arturo, porque mamá y papá me festejaban tanto como a él. Cuando él tenía un auto nuevo, yo tenía una muñeca, y no le hubieran dado pastel sin darme a mí. Pero desde hace un mes, papá y mamá han cambiado completamente conmigo. Todo es para Arturo. A cada momento le hacen regalos. Con esto no mejora su carácter. Siempre ha sido un poco caprichoso, pero ahora es detestable. Sin parar está pidiendo esto y lo otro. Y mamá cede casi siempre. A decir verdad, creo que en todo un mes solo lo han regañado el día de la cuerda de saltar, y lo raro es que esta vez no era culpa suya.

Me pregunto por qué papá y mamá, que me querían tanto, han dejado de repente de interesarse en mí. Parece que ya no soy su niñita. Cuando beso a mamá, ella no sonríe. Papá tampoco. Cuando van a pasear, voy con ellos, pero continúan desinteresándose de mí. Puedo jugar junto a la fuente lo que yo quiera. Les da igual. Sólo Arturo es gentil conmigo de cuando en cuando, pero a veces se niega a jugar conmigo. Le pregunté el otro día por qué mamá se había vuelto así conmigo. Yo no quería hablarle del asunto, pero no pude evitarlo. Me ha mirado desde arriba, con ese aire burlón que toma adrede para hacerme rabiar, y me ha dicho que era porque mamá no quiere oír hablar de mí. Le dije que no era verdad. Él me dijo que sí, que había oído a mamá decirle eso a papá, y que le había dicho: «No quiero oír hablar nunca más de ella.»

Ese fue el día que le apreté el cuello con la cuerda. Después de eso, yo estaba tan furiosa, a pesar de la palmada que él había recibido, que fui a su recámara y le dije que lo mataría.

Esta tarde me ha dicho que mamá, papá y él iban a ir al mar, y que yo no iría. Se rió y me hizo muecas. Entonces lo empujé a la fuente.

Ahora duerme, y papá y mamá también. Dentro de un momento iré a su recámara y esta vez no tendrá tiempo de gritar, tengo la cuerda de saltar en las manos. Él la olvidó en el jardín y yo la tomé.

Con esto se verán obligados a ir al mar sin él. Y luego me iré a acostar sola, al fondo de ese maldito jardín, en esa horrible caja blanca donde me obligan a dormir desde hace un mes.

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Imagen creada por el autor de este blog. Es propiedad suya.
*Escritora francesa que publicó un libro de cuentos, este fue reconocido sin lugar a dudas como su obra maestra, suele figurar en antologías de cuentos fantásticos. Se desconocen datos de su vida.


martes, 28 de junio de 2011

La lente: Homenaje a Julia Cameron*


Carolina
 (Homenaje a JULIA CAMERON)

Imagen digital modificada a partir de un original en color.
—GASTÓN ABELLÁN ADAME.


BIEN, ya había mostrado el rostro de esta niña con anterioridad; ésta vez, conseguí aproximarme al estilo de una artista que admiro: Julia Margaret Cameron (son bellísimas sus fotografías). Como explicara en alguna ocasión: rescaté este rostro de una fotografía grupal: la intensa mirada de la niña y la melancolía que parece desprenderse de sus ojos hubiéron de impresionarme. Espero, sinceramente, que a aquellos quienes me visitan pueda ocurrirles algo similar al contemplar esta imagen. Dejo un video.




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*Ver entrada correspondiente al 14 de febrero de 2011 para ver imagenes de Julia Margaret Cameron y la del 7 de agosto de 2010 para ver la imagen que precedió a la que aquí se muestra.


martes, 14 de junio de 2011

La pluma: Algunas sentencias


Perlas de sabiduría literaria


*  *  *
La literatura es un arte que requiere de la artesanía... Eso el poeta lo sabe mejor que nadie.

El arte consiste en saber cómo decir lo que se quiere decir.

La labor artesana, para un escritor, consiste en un cuidado exquisito a la hora de escoger las palabras; una labor honrada y paciente en la construcción de su obra.

Un escritor debe ser, a fin de cuentas, un artista y un artesano.

Para lo primero, se requiere una chispa de genio; para lo segundo, solo disciplina y talento.

Vista la singularidad del genio, el talento (por sí solo) ya vale algo;

Lo  malo es que la mayor parte de los escritores (y, frecuentemente, los más celebrados) no posean ni siquera esto.

Por otro lado, como casi la totalidad de la gente no tiene talento (ya no digamos genio), el gran escritor es a menudo un gran incomprendido;

Y si se trata, tan solo, de un escritor talentoso, siempre estará la posteridad para echárselo en cara.

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Imagen: Honoré Fragonard: Joven leyendo.


sábado, 28 de mayo de 2011

La pluma: Poemas breves



Insomnio


Es tarde ya...
Una vez más, según parece, no voy a dormir...
Y ella, como cada noche,
Aquí está conmigo;
Pero yo
Ha largo tiempo que estoy solo...

Me duele tanto recordarla...
¿Cómo aceptar que todo haya terminado
Y terminado para siempre?...
(Aún la quiero todavía.)



ALGUNAS palabras adicionales:

No ha poco rescaté estas líneas de un cuaderno (¡ha pasado ya tanto tiempo desde que las escribiera...!), ojalá a alguien le gusten... Como acostumbro, a veces, he decidido acompañar esta entrada con un video. Saludos cordiales.




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Imagen reeditada y retocada por el autor de este blog. Tomada de la red.


sábado, 14 de mayo de 2011

La lente: Luchino Visconti, Pasqualino De Santis


Muerte en Venecia
(Morte a Venice)

 —2a. Parte*— 


PELÍCULA de culto (franco-italiana) de 1971, escrita y dirigida por Luchino Visconti. Música de Gustav Mahler. Fotografía de Pasqualino De Santis. Estelarizada por Dirk Bogarde... Contó, asimismo, con la participación de la actriz Silvana Mangano y, la joven revelación,  el actor Björn Andresen... Está basada en la novela del mismo nombre del escritor germano Thomas Mann. Recibió una nominación al Oscar por mejor vestuario y fue una de las últimas obras del director milanés. Está considerada como una cinta de lo más emblemática tanto para su realizador como para sus principales protagonistas...

Se trata, indudablemente, de una creación cinematográfica,  que no deja indiferente al espectador: o se la admira sin reservas o se la rechaza totalmente. Alegato en defensa del culto a la belleza en su expresión más pura y perfecta (tal como la concibiera Platón) para algunos entusiastas o, lisa y llanamente, apología de la pederastia para sus detractores.

... Que cada quien vea y juzgue.


Fotograma de la película

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SINOPSIS:
A la Venecia de principios de la pasada centuria, el compositor Gustav von Aschenbach proveniente de una ciudad alemana ha llegado huyendo; huyendo de sí y de su vida. Su salud es precaria; su matrimonio ha fracasado; su única hija ha fallecido; por si fuera poco, su última obra no ha tenido la aceptación que quisiera; como artista creador se halla lleno de dudas e inseguridades... Con el espíritu fuertemente quebrantado va en busca de paz y sosiego a la otrora Reina del Adriático.

Allí se enamorará, platónica y apasionadamente, de un adolescente polaco (encarnado por Björn Andresen), quien viaja en compañía de su madre y hermanas. Ansiosa, desesperadamente, vagará por la calles y callejas de la romántica ciudad en pos del adolescente; temeroso, en todo momento, de despertar sospechas en su familia.

Mientras tanto, una epidemia cólera se cierne sobre el lugar. Conocedor de ese hecho, pero incapaz de alejarse del objeto de su adoración, el compositor caerá enfermo. Una mañana, sentado en una tumbona sobre la playa, la muerte vendrá por él mientras contempla el mar: el mar donde se baña el muchacho.  Tadzio (que tal es su nombre) verá languidecer y extinguirse la mirada del artista frente a sus ojos.



















 


















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Si deseas saber sobre la novela que inspiró la película, busca la publicación correspondiente al 14 de abril de este año.


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